El vaquero Marlboro conquistó territorio Pielroja

Cuenta la historia que Manuela Beltrán rompió el edicto real que imponía mayores controles al comercio y producción de tabaco en Colombia, conocidos como el impuesto a la Armada de Barlovento y gritó: Viva el rey, abajo el mal gobierno.  Así iniciaba la revolución comunera, con la rebelión de los tabacaleros de Santander.

El 5 de junio, casi 231 años después, se acaba el tabaco en Colombia. Phillips Morris cierra sus plantas en Medellín y Barranquilla, sin avisar a los trabajadores y mucho menos al siempre inocuo Ministerio del Trabajo.Y se acaba no por falta de fumadores sino por las políticas de las multinacionales Phillip Morris International (PMI) y British American Tobacco (BAT), que contrario a la gallardía y decencia de los rebeldes tabacaleros, son las que dictan políticas económicas en el país.

En el 2005, PMI adquirió Coltabaco, una empresa de 105 años y parte del grupo empresarial antioqueño. La operación, decía el periódico El Tiempo, rondó los 700 mil millones pesos y se hizo con el objetivo de modernizar las plantas y hacer competitivo el negocio[1]. La competitividad fue destruirla en Colombia.En el 2011, BAT compra Protabaco y anuncia que: nos apalancaremos en el valioso recurso humano de las dos organizaciones y de sus aliados de negocio. La misma carreta que disfraza, como en toda compra de empresas nacionales, masacre laboral  y recomposición de su casa matriz.

En el 2004 existían 14 mil hectáreas sembradas de tabaco que daban trabajo a 12 mil personas y sustento a 23 mil familias, adicionando las 3 mil que vivían de la comercialización en municipios de Bolívar, Tolima, Magdalena y especialmente Santander (Socorro, Capitanejo y Barichara). Hoy la ecuación es inversa. Solo 5 mil hectáreas sembradas y 4 mil agricultores[2]

Rubro20042017
Hectáreas sembradas14.0005.000
Agricultores tabacaleros12.0004.000
Comercializadores3.0001.000

La reducción no es solo por la merma en el consumo de cigarrillos “rubios” en Colombia, que es cierta. Del 2010 al 2017, ha caído 5%. Se debe también al aumento del contrabando (25%) y a la entrada de productos de riesgo reducido (PRR) IQOS o vaporizadores. Según proyecciones de la Phillip Morris, en el 2021 será el primer producto en venta y frente a las otras marcas de la empresa ha crecido un 75%.

La tecnología IQOS no se produce en Colombia, es italiana. Y los Hitz, cigarrillito que se vaporiza, se importan desde Indonesia. Es el libre mercado: ante la ausencia del Estado colombiano para proteger la producción y el trabajo, las multinacionales relocalizan las industrias, la tecnología es para países de primer mundo y a nosotros, desde la Colonia, nos corresponde el comercio.

El mercado de IQOS se expande y no podemos, ni nuestros gobernantes quieren, competir. La marcha de Coltabaco o PMI de Medellín y Barranquilla es un tiro en la cien a la industria nacional. Solo faltaba que la FDA aprobará los Productos de Riesgo Reducido (5 de mayo del 2019, http://bit.ly/2K5G7qQ) para que la multinacional abandonará Colombia.

Sin previo aviso, ni permiso del Ministerio de trabajo, 900 personas quedaron en la calle. Sintraintabaco lucha, pero el Ministerio calla. El vaquero Marlboro conquistó territorio Pielroja. Nos falta soberanía.


[1] EL NEGOCIO DE COLTABACO QUE SE CIERRA HOY, PODRÍA SUBIR A $700.000 MILLONES https://www.eltiempo.com/archivo/documento/MAM-1623641?cid=SOC_PRP_POS-MAR_ETW_WHATSAPP[2] Asotacol. Asociación Nacional de Tabacaleros de Colombia.

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