Las medidas inmediatas de Duque con la industria son puro humo

1. El gobierno de Iván Duque, presionado por un sector empresarial que votó por él, anunció medidas inmediatas para salvar la industria. Sin embargo, en casi 30 años de apertura económica, se han quebrado más de 20 mil empresas y el PIB industrial pasó del 25% al 12%. La industria no necesita ser salvada, necesita revivir. Las medidas son puro humo.

2. Una de las medidas anunciadas por Min Comercio, es fomentar la economía naranja. Primero: es un nombre diferente para ocultar la protección de patentes y derechos de autor especialmente de multinacionales y segundo: nada tiene que ver con la industria manufacturera. Fue ideada por la ministra TIC, Silvía Constaín, en el capítulo de inversiones del Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos. Los trabajos de la economía de la creatividad son puro humo.  

3. Otra de las medidas es “aprovechar los TLC”. Un negocio mal hecho no se aprovecha, se sufre. En el TLC con Estados Unidos, hemos perdido 26,1 billones de pesos y el 98% de las exportaciones son materias primas (http://bit.ly/2Mkc3Zo). Tenemos la misma economía de la época de Bolívar y Santander. La diversificación exportadora es puro humo.      

4. Con los TLC, hay 1,5 mil millones de consumidores en el mundo. “Es una esmeralda” dice el Ministro. Sin embargo, el mejor mercado es el interno para las empresas nacionales. Es más, los países que más exportan son los más pobres: Estados Unidos (9,54%), Japón (11,84%), Ángola (70,55%) y el Congo (84%) (http://bit.ly/2Mglolq). Los colombianos, por otra parte, ganan en promedio entre 0 y 1,5 salario mínimo. Su capacidad de consumo es limitada. El mercado externo, como en el fútbol, es una altísima competencia con el resto de países del mundo. La “esmeralda” es puro humo.   

5. Para mejorar la productividad, el Ministro propone: “reducción de trámites y la depuración de la regulación para hacerla más eficiente”. Muy bonito. Pero la política se conoce por lo que dice y lo que omite. Ni una sola palabra para los excesivos beneficios industriales en países asiáticos, incluidos mano de obra barata, rayando con la esclavitud; las altas tarifas de servicio público y, nuevamente, la baja demanda del mercado interno cooptado por las importaciones. La productividad es de los países, no de las empresas. La productividad, mucho más humo.   

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