Razones para decir No a la Copa América en Colombia
Carlos Antonio Vélez, periodista deportivo colombiano, autoproclamado “doctor Vélez”, despotrica contra el Paro Nacional, sus participantes y, especialmente, contra la alcaldesa de Bogotá, Claudia López, desde sus micrófonos en Antena 2. Para el doctor del fútbol (¿?), “de vez en cuando alguien protesta decentemente” en las manifestaciones y sus protagonistas son “un puñado de sinvergüenzas” que piden todo para “sembrar la haraganería”.
El comentarista no se detiene. Para él, el deporte no es para los pobres y en un comentario evidentemente clasista, concluye: “el fútbol es para reivindicarnos socialmente”. Y sigue con algunas expresiones que rayan en el delito: “nos bajamos del Mundial por el narcotráfico y ahora nos bajaremos de la Copa América indirectamente por el narcotráfico” (https://bit.ly/3tMyw2E).
Las opiniones del famoso comentarista, doctor, experto en fútbol, no tienen ningún sustento ni prueba. Las expresa desde su altivez, desde la seguridad que brinda la fama y, sobre todo, la impunidad. Sin embargo, no es raro. Se llama efecto Dunning-Kruger y según los psicólogos es un sesgo cognitivo en virtud del cual los individuos incompetentes tienden a sobreestimar su habilidad[1].
Carlos Antonio Vélez, como se ve, es un periodista sobrevalorado, un agente del establecimiento que minimiza los problemas sociales. Él sabe, como lo sabía Lucio Tarquinio Prisco, quinto rey del imperio romano, que las protestas de un pueblo inculto se ocultan o maquillan con pan y circo. Y así ha sido, con el fútbol, a través de los años.
Durante la Masacre de las Bananeras, el equipo de fútbol de Magdalena ganó los primeros juegos nacionales en Cali. La celebración, dos meses después, se haría en Ciénaga, lugar de la masacre. El gobernador del Magdalena, José María Núñez, el alcalde del municipio, mayor Aurelio Linero y el general Carlos Córtes, quién fue el que dio la orden de disparar, recibieron la delegación ganadora. (https://bit.ly/3wiqoZJ) Entre la alegría y los emociones, el Alcalde les concedió un “deseo” a los deportistas: la liberación de los trabajadores sindicalizados de la Sociedad Unión. Los ánimos empezaron a bajar.
Después de la muerte de Jorge Eliecer Gaitán, en 1948, el país vivió un estallido social. Inició El Bogotazo y La Violencia. El primer campeonato de fútbol profesional colombiano estaba planeado un año después, sin embargo, al gobierno conservador de Mariano Ospina Pérez le caía muy bien un espectáculo en medio de semejante convulsión. Lo adelantaron.
Alberto Galvis, cronista de la época, lo relata: “(…) la Federación de Fútbol no tenía previsto comenzar. Se pensaba en 1949, pero comenzó el 15 de agosto. Muchos sostienen que fue presionado por el gobierno que buscaba como calmar los ánimos políticos. Apoyaron tanto en Bogotá como a otras ciudades del país para que los equipos quedaran mejor organizados, y así montar un espectáculo que efectivamente sirvió para calmar los ánimos”. Es más, se planeó que todos los domingos, día libre en las fábricas, se debía planificar un clásico importante. Para ese entonces, en Colombia no existía ninguna cultura futbolera. El deporte nacional era el tejo.
Y no solo es en Colombia, el fútbol se utilizó para apagar las protestas y esconder las torturas y desaparecidos durante la dictadura argentina de Videla en 1978 y en Brasil durante la fuerte represión del gobierno de Bolsonaro. (https://bit.ly/3uL6fuI)
Colombia explotó contra la pobreza y abuso policial. Según el DANE, la pobreza extrema subió al 14,8% y la pobreza al 34%, mientras se adelantan reformas contra la clase media y los pobres. El gobierno Duque se aferra a la Copa América, como se aferró Ospina Pérez al primer torneo de fútbol nacional. Es pan y circo.
No a la Copa América en Colombia. El fútbol y los jugadores no pueden ser el salvavidas de un gobierno impopular, ni el agua con el que laven la sangre de los estudiantes que murieron en las movilizaciones por un país diferente.
Nota: mientras Ospina Pérez adelantaba el torneo de fútbol para bajar los ánimos por la muerte de Gaitán, nacía RCN, el medio colombiano que más defiende al gobierno Duque y en dónde, aunque a nadie le sorprende, trabaja Carlos Antonio Vélez.
[1] https://es.wikipedia.org/wiki/Efecto_Dunning-Kruger