Segunda parte de la trilogía de Ken Follet sobre la primera y segunda Guerra Mundial y Guerra Fría. En este libro, la historia sigue la descendencia de Ethel, Fitz, Gregory, Maud y todos los del primer libro: La caída de los gigantes.
Está ubicado en Inglaterra, Alemania y Rusia, pero agregan la historia norteamericana de Lev Peshov, hermano de Gregory. Ocurre durante el ascenso de Hitler, el inicio y fin de la Segunda Guerra Mundial.
La documentación de Ken Follet es variada y fiel, nunca se ha dicho lo contrario, a la historia. Hay una versión terrible sobre Stalin y el papel de los rusos en la liberación de Berlín. Según Follet: Stalin era un cobarde, varias veces intentó renunciar porque “destruyó la obra de Lenin” y debido a la propaganda soviética convirtió al Ejército Rojo en criminales, violadores y saqueadores de la Alemania nazi.
Es un libro excelente, rápido de leer, con bastante romanticismo y una construcción muy detallada de las conversaciones que derivaron en la guerra y su solución. Son, como en el libro pasado, muchos personajes, así que no vale la pena hacer un “resumen” del libro.
Varios cosas que aprendí:
- Hitler tenía admirados entre industriales, magnates y prensa inglesa. Caso Oswald Mosley.
- En Italia, los católicos llegaron a un acuerdo con Mussolini de no agresión.
- El Presidente Roosevelt se negó a respaldar la ley que prohibía los linchamientos por parte de los Sheriff.
- El periódico Daily Mail apoyó a los camisas negras, los nazis de Inglaterra.
- Hitler y Mussolini apoyaron a Franco en España, transportando soldados por avión desde el norte de África.
- Estados Unidos no apoyó la República española contra el fascismo porque los católicos norteamericanos se negaban. Roosevelt necesitaba el apoyo de ellos.
- El presidente de Texaco y admirador de Hitler, Torkild Rieber, utilizó los petroleros de la compañía para darle combustible a Franco. Roosevelt estaba en contra.
- En España durante la guerra civil, los sacerdotes no enseñaban a leer a los niños para que no leyeran libros de izquierda.
- La sociedad de las Naciones, lo que después fue la ONU, ayudó a solventar un conflicto entre Finlandia y Suecia y envió fuerza de paz para evitar hostilidades entre Colombia y Perú.
- Chamberlain, ex primer ministro inglés, se opuso a enviar ayuda a la República española que terminó por caer en el fascismo.
- Londres fue bombardeado todas las noches de octubre de 1940.
- La propaganda nazi decía: 70 mil marcos imperiales es lo que esta persona (con problemas mentales) le cuesta al pueblo a lo largo de su vida. Es tu dinero.
- El programa Rakion se encargaba de matar a los inválidos mentales.
- La Operación Barbarroja (tomarse Moscú) se hizo en referencia a Federico Barbarroja, emperador alemán que encabezó la tercera cruzada en 1189.
- En el Bayer Munich la mitad de los jugadores eran judíos.
- La resistencia contra el plan Atkion fue el primer manuscrito que se difundió en la Alemania nazi contra el gobierno.
- Los tanques y carros alemanes se averiaron por el frío. Se congelaba el aceite. Había más casos de congelación que heridos de Guerra.
- Frances Perkins fue ministra del trabajo de Roosevelt y fue clave para conseguir el apoyo de los sindicalistas al New Deal.
- Durante 1943 y 1944 Japón fabricó 7 portaaviones, Estados Unidos 90.
- Para Churchill no tenía sentido bombardear las fábricas alemanas porque las reconstruían rápido. Lo mejor, y así se hizo, era bombardear barrios de obreros.
- Ejecutivos como Henry Ford creían que Titleist era un buen líder contra el comunismo.
- Propaganda soviética: “Soldado del Ejército Rojo: ahora estás en suelo alemán. ¡Ha llegado la hora de la venganza!
- Argentina apoyó a los nazis durante la guerra.
- Casi 3 millones de alemanes, soldados, murieron de hambre en el frente oriental.