El grupo Gilisnky, dueño de productos Yupi, Plásticos Rimax, Lulo Bank, los hoteles Four Seasons en Colombia y de la revista Semana, presentó una oferta pública de adquisición, OPA, por el 51% de NUTRESA, la empresa de producción de alimentos que hace parte del conglomerado del Grupo Empresarial Antioqueño, GEA.
Los Gilinsky no irán solos. Están respaldados, y es el real poder detrás de la operación, de Royal Group de Abu Dabi, de Emiratos Árabes Unidos. La transacción, según informa Valoraanalitik (https://bit.ly/30Tlmsq), rondaría los 8.7 billones de pesos y se haría a través de una empresa con asiento en Colombia y Panamá, llamada Nugil.
Esta oferta, de la que ha hablado incluso la revista Forbes (https://bit.ly/3nJU0h7), es hostil. Aunque no obliga a vender a Nutresa, los Gilinsky y los árabes ofrecen casi el 40% del valor adicional a la acción. ¿Qué le dirá Nutresa a sus accionistas para justificar y no aprovechar la oportunidad del mercado? Obviamente es hostil, muy hostil.
Comprar Nutresa es quedarse con el 34,83% de Sura, el 9.83% de Argos y 6.02% de Porvenir. De ñapa, ser accionista de empresas antioqueñas como Bancolombia, Odinsa y Celsia. Una ganga. Los árabes, porque los Gilinsky son los intermediarios, serían un socio incómodo en las juntas directivas, una presencia oscura con intenciones de apropiarse de todo.
El enroque de empresas (cada empresa compraba un paquete accionario de otra), que utilizaron los antioqueños para defenderse de la toma hostil que intentó hacer Carlos Ardila Lule, podría traerles un infiltrado internacional y a los colombianos, la pérdida de empleos y producción: la constante desde los noventas.
En el 2005, Phillip Morris International adquirió Coltabaco, una empresa de 105 años y parte del GEA. La operación decía el periódico El Tiempo, rondó los 700 mil millones pesos y se hizo con el objetivo de modernizar las plantas y hacer competitivo el negocio (https://bit.ly/3kWBO1O) En el 2011, British American Tobacco compra Protabaco y anuncia que: nos apalancaremos en el valioso recurso humano de las dos organizaciones y de sus aliados de negocio. La misma carreta que disfraza, como en toda compra de empresas nacionales, masacre laboral y recomposición de su casa matriz (https://bit.ly/3xmhkEQ). Cuando las barbas de tus vecinos veas cortar, pon las tuyas a remojar, dicen, precisamente, los árabes.
¿Qué ocurrió? Ninguna de las multinacionales tiene su planta en Colombia y menos en Medellín, pero controla el mercado nacional. Así que el agradecimiento del alcalde Daniel Quintero al grupo Gilinsky, por “dejar a Nutresa en Medellín. Medellín está lista para exportar su talento al mundo entero y crear desde aquí empresas globales” es sospechoso, innecesario, pues la OPA no se ha concretado y es falsa.
Defender que Nutresa siga en las manos actuales no es una apología al GEA. Es la defensa del mercado, la producción y el empleo, baluarte de todo bienestar social, de los colombianos.
Parece chovinismo, pero es patriotismo. Entre los árabes y los antioqueños, prefiero los antioqueños.