El Plan Municipal de Desarrollo del actual Alcalde, Federico Gutiérrez, expresa el modelo que seguirá la ciudad hacia el futuro y que se aplica desde hace años:
Medellín, ciudad que ha venido cambiando su esquema industrial por un modelo basado en el conocimiento; todo lo anterior, basado en un ecosistema a la vanguardia en emprendimiento, tecnología y negocios innovadores (…) Hoy es claro en el mundo que no hay mayor generador de bienestar para las sociedades, que aquel que se produce desde el desarrollo generado por la Ciencia, la Tecnología y en especial la innovación[1].
En el 2008, se crea Ruta N, un gigantesco complejo al frente de la Universidad de Antioquia, que pretende instalar en Medellín el modelo de innovación y tecnología, emulando el Valle del Silicio en Estados Unidos.
Lo que se analizará en este estudio es si el modelo se aproxima al exitoso utilizado en Estados Unidos, Corea del Sur, Taiwán, Singapur y otros países que apostaron por el desarrollo basado en la innovación, la ciencia y la tecnología.
¿Qué es Sillicon Valley?
Sillicon Valley está situado en el Condado de Santa Clara, 48 km al sur de San Francisco. Allí se desarrollaron el circuito integrado, el microprocesador y el microordenador, siendo así el corazón de la innovación tecnológica. Allí están además los orígenes de la ingeniería genética[2].
En el valle se encuentran empresas como Facebook, Netflix, Intel, Apple, Yahoo y Google, entre muchas otras. Sus orígenes, afirma Manuel Castells, importante sociólogo español y pionero en el estudio del fenómeno de la revolución tecnológica e informática, se pueden remontar a la Segunda Guerra, cuando la Universidad de Stanford apoya a dos de sus mejores estudiantes, William Hewlett y David Packard, para crear una empresa electrónica. En el 56, la Universidad contrata a William Shockley, inventor del transistor, para que trabaje con silicio como la manera más efectiva de desarrollar la producción industrial.
La concentración de empresas dedicadas a la innovación tecnológica llamó la atención del mundo. Empezaron a llegar empresas, pero fue la transferencia de conocimiento de Shockley lo que impulsó el Valle.
En el estudio de Castells, que dura más de 12 años, se concluye que, para crear un potencial innovador, deben confluir los siguientes elementos: un gran mercado de expertos ingenieros y científicos de la zona, financiamiento generoso, un mercado asegurado y el liderazgo institucional[3]. Sin olvidar, y este aspecto es relevante en la historia del Valle del Silicio, la industria manufacturera desarrollada: “Nuestro descubrimiento más sorprendente es que las viejas grandes áreas metropolitanas del mundo industrializado son los principales centros de innovación y producción en tecnología de la información fuera de los Estados Unidos”. Sucede con París, México, San Petersburgo y Berlín. El único caso que no cumple la regla es Nueva York.
Igual de importante es el papel del Estado en la consolidación de Sillicon Valley como la zona más innovadora del mundo. Dice Castells:
El papel del Estado suele reconocerse como decisivo en Japón, donde las grandes compañías fueron guiadas y respaldadas por el MITI (Ministerio de Asuntos Exteriores) durante largo tiempo, hasta bien entrados los años ochenta, mediante una serie de arriesgados programas tecnológicos algunos de los cuales fracasaron (…) pero la mayoría ayudó a transformar a Japón en una superpotencia tecnológica (…)Un relato similar puede contarse sobre Corea del Sur y Taiwán, si bien en el último caso las multinacionales desempeñaron un papel mayor. Las fuertes bases tecnológicas de India y China están directamente relacionadas con su complejo industrial-militar, financiado y dirigido por el Estado. (…) Hasta en los Estados Unidos es un hecho bien conocido que los contratos militares y las iniciativas tecnológicas de Departamento de Defensa desempeñaron un papel decisivo en la etapa formativa de la Revolución de la tecnología de la información (…) Así pues, el Estado, no el empresario innovador en su garaje, tanto en los Estados Unidos como en el resto del mundo, fue el iniciador de la Revolución Tecnológica de la información.Incluso, el papel que desempeña el Estado es vital desde cuando Estados Unidos y la Unión Soviética se disputaban el control del mundo.
A finales del 1988, el Estado norteamericano financió con tres mil millones de dólares la investigación sobre el mapa del genoma humano. En la historia de las revoluciones tecnológicas y especialmente la que vivimos, de impresoras 3d y robotización, ha sido la habilidad y ambición individual aupada por el Estado lo que dinamizó lo que se ha alcanzado.
Si observamos los países que actualmente se disputan los mercados globales con innovación y tecnología, vemos el mismo proceso: mercado fijo, Estado que invierte generosamente, lo más avanzado del conocimiento y una economía basada en la industria manufacturera.
El presidente japonés, Shinzo Abe, impulsa un plan quinquenal de mil millones de dólares para convertir al país en una potencia robótica[4], disminuyendo costos de producción y mano de obra. En estos momentos ya existen incluso hoteles atendidos hasta el 90% por robots políglotas, capaces y muchos más certeros que los seres humanos[5].
El presidente de la Corporación de Tecnología y Ciencia Aeroespacial de China, Lei Fanpei, informó que el gobierno de su país invertirá 13.900 millones de dólares para potenciar la innovación tecnológica en las empresas públicas[6] y Barack Obama, ex presidente norteamericano, propuso, en el Estado de la Unión de 2016, un programa de mil millones de dólares para respaldar 15 instituciones tecnológicas dedicadas a la creación de Impresoras 3d, asegurando: “Tiene el potencial de revolucionar la manera de hacerlo casi todo”. El Boston Consulting Group predijo que más del 30% de las exportaciones de Estados Unidos procedentes de China podría producirse en el país en 2020[7].
No fue el emprendedor en su garaje, metáfora del triunfador y líder, el que alcanzó los avances científicos. Fue la mano del Estado, con un proyecto definido e ingentes recursos, lo que transformó el atraso en progreso, las ideas en innovación.
El caso Medellín
Revisaremos cada uno de los aspectos que tienen en común las ciudades innovadoras y especialmente el Valle del Silicio.
1. Mercado de expertos
En la ciudad existen personas de altísimas capacidades, no hay duda. Sin embargo, el contexto no parece ayudar. Medellín cuenta con 104 grupos de investigadores, de los cuales 45 hacen parte de la categoría 1A de Colciencias y deben luchar por un presupuesto que se reduce cada año, con el agravante de que el 50% se destina a becas de doctorado en el exterior, condonables por el Estado.
Distribución por regiones de los grupos de investigación colombianos catalogados por Colciencias según su calidad[8]
A1 | A | B | Otras | Total | |
Bogotá | 94 | 98 | 272 | 1795 | 2259 |
Medellín | 45 | 59 | 100 | 534 | 738 |
Resto del país | 77 | 118 | 295 | 2067 | 2557 |
Total | 216 | 275 | 667 | 4396 | 5554 |
El número de investigadores y grupos de investigación de Medellín corresponde al 21% del país, pero no se compadece con la media de la OCDE y muchos menos con la de los países que optaron por el mismo modelo de desarrollo.
Para comparar el número de investigadores por cada millón de personas, índice que nos da una idea sobre la importancia del rubro, se eligieron los países más representativos en materia de innovación y a los que Juan Camilo Quintero, ex gerente de Ruta N y líder la Medellín Innovation, afirmó que superaría.[9]
Las diferencias entre Colombia, Estados Unidos y el resto de países son notorias. Mientras que Colombia, en 1996, contaba con 70 investigadores por cada millón de habitantes, en el 2014 tenía irrisorios 152. Países con la misma cantidad de habitantes muestran abismales diferencias. Corea, 2.221 y 6.889. Singapur: 2.551 y 6.665 (Ver Gráfica). Y aunque en 20 años Colombia duplicó el número de investigadores, el propósito de superar a los países desarrollados es una exageración o, cuando menos, una ingenuidad.
En Sillicon Valley, el liderazgo de la Universidad de Stanford al contratar a William Shockley, revolucionó la industria y la tecnología. En Medellín, siguiendo las recomendaciones de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos, OCDE, se fortalecen talleres sobre motivación y liderazgo y cursos de mentalidad emprendedora en los colegios[10], que, aunque se pretende disfrazar de lo contrario, nada tiene que ver con la innovación tecnológica y científica y mucho menos con la social.
Nota: gráfico realizado con información del Banco Mundial. http://datos.bancomundial.org/indicador
2. Financiamiento generoso
No es posible desarrollar el modelo de Sillicon Valley si no es con financiamiento adecuado, respaldado por el Estado y el sector privado. En el Valle del Silicio, el 80% de los créditos de alto riesgo se destinan a empresas de tecnología[11] y cuentan con el presupuesto, casi ilimitado, del Departamento de Defensa norteamericano. Es más, como ya se vio, ha sido el gasto militar del Estado el principal promotor de las revoluciones tecnológicas.
En Colombia, la inversión en Ciencia y Tecnología, condición sine qua non para alcanzar un modelo de desarrollo basado en el capitalismo del conocimiento, no supera el 1% desde hace más de 20 años, mientras la media mundial es de 2,1%. Corea del Sur mantiene su inversión por encima del 2% y en los últimos años del 4%. El propio Juan Camilo Quintero reconoce la impotencia y rabia que produce el reducido presupuesto, aunque él y otras personas “nos levantamos a trabajar para que nuestro país sea más innovador”.[12]
Inversión en Ciencia y Tecnología
Colombia | Estados Unidos | Singapur | Corea del sur | Alemania | México | Brasil | |
1996 | 0,3 | 2,444 | 1,318 | 2,241 | 2,137 | 0,259 | |
2000 | 0,106 | 2,641 | 1,822 | 2,062 | 2,239 | 0,317 | 0,999 |
2010 | 0,196 | 2,814 | 2,013 | 3,466 | 2,714 | 0,455 | 1,16 |
2014 | 0,195 | 2,725 | 2,186 | 4,242 | 2,812 | 0,538 | 1,213 |
Nota: Tabla realizada con información del Banco Mundial. http://datos.bancomundial.org/indicador
El presupuesto de Colciencias se redujo entre 2015 y 2016 de 335 mil millones a 270 mil, 20% menos[13]. Aún más preocupante: el 10% del nuevo esquema de las regalías nacionales que se destinarían a las inversiones en Ciencia y Tecnología, claves en la formulación de estrategias y recomendaciones de la OCDE a Medellín, terminaron en las Autopistas 4G, a pesar de las críticas de los entes territoriales.
En los últimos años, Medellín destinó en promedio un insignificante 0,34% a la investigación y el desarrollo. La inversión, como se ve, no se compadece con la ruidosa publicidad desplegada por Ruta N. Es más, en los 10 años que lleva el distrito de Innovación en Medellín, la ciudad ha solicitado 150 patentes, mientras que San Francisco alcanzó 66 mil y Londres 25 mil.[14]
Datos de patentes, técnicos y exportaciones de alta tecnología[15]
Patente no residente | Patente residentes | |
Colombia | 1,921 | 321 |
Estados Unidos | 301,705 | 288.335 |
Singapur | 9,347 | 1.469 |
Corea del Sur | 46,419 | 167.275 |
Alemania | 19,509 | 47.384 |
México | 16.707 | 1.364 |
Brasil | 25.578 | 4.641 |
3. Mercado fijo e industria manufacturera
La industria manufacturera es superlativa para el modelo de desarrollo basado en la innovación y el conocimiento. Si no se transforma la materia prima en bienes, difícilmente se necesitarían mayores avances tecnológicos. Medellín fue el polo industrial de Colombia. Hoy ya no. La industria ha sido reemplazada por el modelo de las ventajas comparativas. Así lo reconoce el Plan Municipal de Desarrollo de Federico Gutiérrez. Sergio Escobar, director de la Agencia de Cooperación e Inversión de Medellín y del Área Metropolitana (ACI), lo corrobora: “Vamos encaminados a tener una ciudad más de servicios”[16].
La desindustrialización de la ciudad está más que probada por el Banco de la República, la OCDE y economistas independientes. El mercado fijo en la mayoría de los países son las empresas de la manufactura y las empresas militares, que absorben la producción innovadora. Medellín no solo carece de una industria altamente desarrollada, sino que sus desarrollos tampoco están ligados a la tecnología y a la ciencia.
Para resolver el problema de los pagadiarios en la ciudad, se articularon el Banco de las Oportunidades, la Corporación Ruta N, la Secretaría de Seguridad de Medellín, la ACI Medellín y el Departamento Administrativo de Planeación para crear Bancuadra, banco que prestará a bajos intereses entre 100 mil y 600 mil pesos[17].
La idea le gustó tanto al Alcalde de Medellín, que la propuso al reto internacional de Bloomberg Philanthropies, que al final ganó.
Esta “innovación” social solo es posible gracias al mercado fijo. Con seguridad, Bancuadra tendrá éxito en una ciudad azotada por los pagadiarios, pero no funciona ni de lejos para crear productos con impresora 3D y robots.
Innovación vs publicidad
La OCDE estudia el caso de Medellín en materia de innovación, reconoce la dependencia de las materias primas y cómo afecta la industria manufacturera. Propone cuatro recomendaciones, tendientes todas a profundizar el modelo económico neoliberal.
La solución se entiende si se también comprende el papel de la OCDE y su perspectiva económica:
· Gobernanza multinivel: todas las dependencias del municipio de Medellín, incluidas las empresas privadas, deberán apostar por la innovación.
· Especialización inteligente:“Es recomendable concentrar los escasos recursos humanos y financieros de ciencia, tecnología e innovación en unas pocas áreas prioritarias claramente articuladas de acuerdo con las fortalezas y ventajas comparativas regionales”[18].
Las ventajas comparativas repiten el viejo discurso neoliberal: un país produce lo que su naturaleza, cultura y demás le permiten para competir en el mundo.
En Medellín, hace años, la industria dejó de ser competitiva. Por lo tanto, los nuevos estrategas la desechan.
· Innovación social: Medellín utilizará sus recursos para mejorar la calidad de vida de las personas.
· Internacionalización: “Si Medellín aspira a convertirse en un referente internacional por su capacidad innovadora, debe mejorar su inserción en las redes globales de innovación, a través de la colaboración internacional en ciencia y tecnología, y a través de la atracción de empresas, instituciones, financiación y capital humano[19]”
Este discurso, al igual que la Confianza Inversionista de Álvaro Uribe, inscribe el futuro de la nación y la ciudad en el extranjero y no en los recursos propios. El estudio de la Organización Multilateral no habla en ninguna parte de transferencia del conocimiento.
Si la historia de Sillicon Valley y las ciudades innovadoras enseña que es el Estado, la inversión científica y la industria manufacturera las que potencian el modelo de desarrollo, Medellín y Colombia van en dirección contraria: ni Estado que invierta, ni recursos para la ciencia. Y de encima, un proceso acelerado de desindustrialización.
RUTA N ha desplegado un ruidoso lobby para que la idea de la “Sillicon Valley latinoamericana” sea publicada en los periódicos internacionales y todo acompañado de un insoportable esnobismo: en la ciudad innovadora ya no hay pequeñas empresas, sino startups. No hay programas de emprendimiento, sin Open House. No hay encuentros por la innovación, sino stakeholders. Y no llegan empresas a la ciudad, sino Landing empresarial.Medellín Innovation es la manera en que la dirigencia de la ciudad pretende sepultar el modelo industrial que construyó nuestro pasado glorioso. Se enfrentan dos visiones: la innovación basada en la ciencia (Sillicon Valley) y la basada en el emprenderismo y los cursos de automotivación. Esta dicotomía la resolvió Francisco Mosquera hace más de 20 años: “A las muchedumbres desocupadas las consuelan pintándoles el paraíso de las actividades informales, como si recogiendo basuras, lavando botellas, fritando empanadas, ofreciendo baratijas en casetas callejeras o vendiendo limones, logre alguien contribuir al crecimiento material de la patria”.
[1] Plan Municipal de Desarrollo, Federico Gutiérrez.[2] La era de la Información: la sociedad en red. Castells, Manuel. 2006[3] Ibid.[4] La revolución robótica de Japón. Oppenheimer Andrés, Periódico El Colombiano. 17 de abril del 2017.[5] Nos alojamos en el hotel japonés gestionado íntegramente por robots, https://goo.gl/fn6wwa.[6] Fondo para innovación en empresas estatales se crea en Beijing, Entorno Inteligente. https://goo.gl/NQ7YzE[7] A Revolution in the Making, Koten John, Wall Street Journal. Junio 10 del 2013[8] Promoviendo el desarrollo de sistemas locales de innovación, el caso de Medellín, Colombia. OCDE.[9] Presentación Juan Camilo Quintero en el Gran Pacto Medellinnovation. https://goo.gl/wJctPC.[10]Promoviendo el desarrollo de sistemas locales de innovación, el caso de Medellín, Colombia. OCDE[11] La era de la Información: la sociedad en red. Castells, Manuel. 2006[12] Impotencia, Quintero, Juan Camilo. Periódico El Colombiano. 16 de mayo 2017. https://goo.gl/HmLBZ4[13] Científicos piden no recortar presupuesto para investigación, periódico El TIEMPO. 14 de agosto del 2015. https://goo.gl/8WGNIm[14] ¿La Ciudad Más Innovadora? No precisamente… Beere, Philip. 10 de marzo del 2017. https://goo.gl/JxwZvo[15] Nota: Tabla realizada con información del Banco Mundial. Año 2015. https://goo.gl/1yBcak[16] “Queremos que Medellín sea la más transformadora socialmente”, Escobar Sergio. Periódico La República. Enero 19, 2017. https://goo.gl/CaA02e[17] Medellín gana reto internacional de Bloomberg Philanthropies con el proyecto. https://goo.gl/VXib0P[18] Promoviendo el desarrollo de sistemas locales de innovación, el caso de Medellín, Colombia. OCDE[19] Ibid.