Historia de Cayo Julio César, hijo de Aurelia, descendente de dioses, destinado a la grandeza. La historia empieza con su enamoramiento de Cornelia y la historia de la batalla de Aquae Sextaie que su tío, Cayo Mario, un héroe de guerra, le cuenta a él y a su gran amigo Labenio.
Pasa por el desaire de César a Sila, dictador y enemigo acérrimo de su tío, su desahucio de Roma, la malaria de los pantanos, la batalla de Mitelene donde se hace héroe y llega hasta el juicio contra el senador corrupto Dolabela.
En el juicio César pierde. Es obvio, el jurado, el juez y los testigos están comprados. Pero aunque la ley le falla, el pueblo valora que un joven de los populares enfrente con arrojo y valentía a los optimates. Algo así como pobres contra ricos.
El juicio y toda la historia es una demostración de talento, inteligencia y sagacidad de Cayo Julio César. Un personaje realmente inspirador.
El libro es excelente, de rápida lectura y combina, como lo hace Ken Follet, los datos biográficos e históricos con una trama tan bien contada como cierta. Posteguillo será de los autores que compraré en futuras idas a la librería.
Datos importantes de la época romana:
- La compra de jueces era habitual en Roma cuando el acusado era un Senador poderoso y rico. Y más desde que, con la reforma judicial de Sila, los tribunales que encausaban a senadores también los formaban senadores. (Algo así como la Cámara de acusaciones de Colombia)
- Los macedonios, como todos los que no eran romanos, necesitaban de un ciudadano romano para llevar un juicio. Alguien que los representara.
- Cuando las cosas iban mal, los romanos enterraban vivos a los esclavos a modo de sacrificio. Igual con las mujeres que no cumplían con sus sagrados votos de castidad.
- Con la piel de las cabras hacían unas correas que llamaban februas. Con las februas se fustigaba a las mujeres para “darles” fertilidad. Lo hacían en el segundo mes del año. A los látigos se llamaba, también, febreros.
- Los romanos eran supersticiosos. Dividían los días en dies fasti (para celebrar bodas) y dies nefasti (donde no se podían celebrar).
- Thalassio era la palabra para ahuyentar amantes de la novia.
- Había dos tipos de sacerdotes flamines: maiores consagrados a Júpiter Marte y Quirino y los minores consagrados a dioses menores como: Vulcano, Volturno, Flora y Ceres. Una de las palabras más utilizadas era: ¡Por júpiter!
- La cereza viene de un árbol que llevó Lúculo, héroe de Mitilene, a Roma. El árbol era de Cerasus, un lugar.